Tolerancia, la solidaridad y el respeto son los tres fundamentos de la convivencia en Paz

La paz no sólo es la ausencia de conflictos. Convivir en paz consiste en aceptar las diferencias y tener la capacidad de escuchar, reconocer, respetar y apreciar a los demás, así como vivir de forma pacífica y unida. Es un proceso positivo, dinámico y participativo en que se promueva el diálogo y se solucionen los conflictos en un espíritu de entendimiento y cooperación mutuos.

La Asamblea General de la  Organización de Naciones Unidas, reconociendo la necesidad de eliminar todas las formas de discriminación e intolerancia, declaró el 16 de mayo como el Día Internacional de la Convivencia en Paz.

Enfatizando la importante función de la sociedad civil, incluidos el mundo académico y los grupos de voluntarios, en el fomento del diálogo entre religiones y culturas; y alentando a que se apoyen medidas prácticas que movilicen a la sociedad civil, como la creación de capacidad, oportunidades y marcos de cooperación.

Tras la devastación de la Segunda Guerra Mundial, la Organización de  Naciones Unidas se creó con fines y principios que buscaban especialmente librar a las generaciones venideras del flagelo de la guerra.

Uno de esos fines es conseguir la cooperación internacional para resolver problemas internacionales de carácter económico, social, cultural o humanitario y promover e incentivar el respeto por los derechos humanos y las libertades fundamentales sin distinción de raza, sexo, idioma o religión.

Queda claro que para cumplir tal aspiración es necesario eliminar la discriminación e intolerancia en todas sus formas, incluyendo las basadas en la raza, el color, el sexo, el idioma, la religión, la opinión política o de otra índole, el origen nacional, étnico o social, la posición económica, los impedimentos físicos, el nacimiento o cualquier otra condición.

 

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